Ya sé, no aparece, pero durante la lectura de este hermoso artículo he vuelto a la Cuesta de Moyano, esa línea de casetas varadas en el tiempo y el espacio donde Trapiello ha encontrado y leído muchos ‘papeles rotos’. Hubo un tiempo en que iba a Moyano casi cada día, antes de coger el autobús que me llevaba a casa, de vuelta de mis clases de Universidad. Y, aunque nunca seré Trapiello, y pasaba por delante de tesoros que no veía (ni vería ahora), más de una vez encontré una sorpresa, un hallazgo, un libro del que aún hoy conservo el recuerdo de su lectura. Os invito a leer otro ‘papel roto’, la historia de un billete de tranvía que encontré una mañana en Moyano:
http://despuesdelhipopotamo.com/2012/03/31/los-libros-manuseados/
Felices lecturas
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Por: Joaquín
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